Quizás después de un paseo frío notes que tu perro tose mucho y no sabes por qué. Si bien parece ser algo no muy alarmante puede tratarse de una bronquitis leve, una enfermedad de las vías respiratorias que se contagia fácilmente y el tratamiento es muy fácil.
Suele darse durante los días de invierno y es por eso que no debemos alarmarnos, pero sí cuidarlos de cerca para que no tomen demasiado frío. Además de tos perrera (la cual suele ser de un sonido seco y de forma repentina), puede presentarse decaimiento y falta de apetito.
En general, la tos perrera es una enfermedad que se retira a las pocas semanas y no requiere de un tratamiento especializado, aunque sí de la observación de un veterinario de confianza para descartar que no es más que un simple resfriado. Si persiste durante un periodo, puede tratarse con antitusígeno para que el virus se retire del cuerpo del animal más pronto. El veterinario puede sugerir que el perro no tenga contacto con otros, por ejemplo, si hay un cachorro en casa.
¿Cómo puedo cuidar a mi perro?
Vacunarlo una vez al año y visitar al veterinario con frecuencia para chequear la salud de tu amigo canino es la mejor forma de cuidarlo. Además, podés proporcionarle una manta, camita o cucha, o incluso algún abrigo para que no se congele en estas frías noches de invierno.
Recordá que tu perro se encuentra a tu cuidado y, por más cariño que le des, también es importante mantenerlo en un ambiente limpio, seco y calentito, ya que eso es parte de lo que se llama “tenencia responsable”.
